Para comprender sobre el maltrato animal, debemos definir algunos conceptos. En primer lugar, el principal concepto es el maltrato, el cual es definido como comportamientos que causan dolor innecesario, sufrimiento o estrés al animal, que van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso e intencional. Por lo general el maltrato animal se ha convertido en una habitualidad. Este suceso no debe ser tolerado por las personas que lo viven directa o indirectamente. La sociedad en muchas ocasiones solo juega el papel de espectador y minimiza las causas y efectos que producen estos actos viles que no nos dejan alcanzar la supremacía del amor hacia nosotros y hacia nuestros animales.

El maltrato animal según María Dolores Serrano, implica entender la violencia ejercida sobre el animal que causa su muerte. Asimismo, las lesiones graves es el suficiente resultado constituida como tal. Por otro lado, Laura de Santiago Fernández define al maltrato animal como comportamiento socialmente inaceptable que intencionalmente causa dolor innecesario, angustia y/o muerte de un animal. Además, para Hellman y Blackman uno de los signos característicos para maltratar animales es la falta de empatía hacia los más débiles, debido que a edades tempranas se muestran rasgos psicopáticos o antisociales. Así mismo, la crueldad es el comportamiento de agresión en su totalidad.

En segundo lugar, los tipos de maltrato animal pueden ser causadas por conductas de manera directa o indirecta por parte del hombre. Por lo tanto, cuando nos referimos a maltrato directo, hacemos alusión a las acciones voluntarias y consientes de causar daño al animal, que van desde la negligencia en los cuidados hasta actos de tortura o muerte. En cambio, el maltrato indirecto se da cuando somos testigos del daño que otra persona causa a un animal y cuando no lo denunciamos, o cuando asistimos a diferentes espectáculos donde los animales son las víctimas de maltrato, como, por ejemplo: la tauromaquia, pelea de gallos, la monta de caballos en rodeos excesivos, exhibiciones u muestras opresivas de obediencia, etc. Un animal corresponde al buen trato por parte del hombre.